¿Son ciudadanos los analfabetos digitales?
Reseña de "Nuevas capacidades y nuevas desigualdades en la sociedad red"

Esta reseña se terminó de elaborar en mayo de 2024 para la asignatura Filosofía, Computación Y Humanidades Digitales en el marco del Máster en Filosofía Teórica y Práctica de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Reseña: José Francisco Álvarez, Nuevas capacidades y nuevas desigualdades en la sociedad red. Laguna: Revista de Filosofía, 42, pp 9-28. 2018.
En “Nuevas capacidades y nuevas desigualdades en la sociedad red”, el profesor J. Francisco Álvarez concluye que “los servicios y productos digitales que amplían las capacidades humanas pueden ayudar a superar limitaciones de los individuos, pero facilitan la aparición de nuevos tipos de desigualdades” (Álvarez, 2018).
Nos parece que el artículo está dimensionado para abarcar los debates futuros que seguirán generándose en torno al tema principal. Siete años después de su publicación, un tiempo importante en lo que a tecnología se refiere, se ha ahondado en las desigualdades y han surgido nuevos debates en relación con las principales ideas del artículo, siendo en este caso la inteligencia artificial la razón del debate. Algunas soluciones planteadas por al autor para hacer frente a las consecuencias no esperadas del cambio tecnológico también han evolucionado notablemente. Hablamos de aquellas relacionadas con la tecnología blockchain.
A nivel de estructura, el autor comienza haciendo un preámbulo que relata el camino personal que le ha llevado a interesarse por estos temas y en general por la filosofía de la ciencia y la tecnología, con particular atención a las transformaciones sociotecnológicas. A partir de ahí se centra en las desigualdades generadas por la tecnología y en la importancia de atajarlas a través de la alfabetización digital y la necesidad de que los poderes públicos actúen en la sociedad digital en general y con especial foco en la aparición de nuevas discapacidades. Álvarez termina la primera parte del artículo reflexionando sobre la importancia de la neutralidad de la red. En la segunda parte defenderá que debemos capitalizar la transformación tecnológica para una mejora de las condiciones y disfrute de la vida por parte de los ciudadanos. Además, defenderá el derecho universal básico a la alfabetización digital funcional argumentando que muchas actividades sociales y políticas están mediadas por lo digital. El artículo finaliza con una exposición sobre los bienes públicos en el ámbito digital.
Mirando en mayor detalle, Álvarez entra desde el principio en la tesis del artículo, argumentando que los avances tecnológicos transforman profundamente profesiones, dado que “se generan nuevas capacidades a la par que se expanden nuevas desigualdades si, cuando menos, no se avanza en los procesos formativos indispensables para adquirir esa capacidad”. Para ello pone varios ejemplos como el de los traductores tras el perfeccionamiento de la traducción simultánea de Google. Hoy podríamos pensar en cómo todas las profesionales se verán afectadas en mayor o menor medida por los avances en el campo de la inteligencia artificial. Parece lógico asumir que hoy estamos ante un reto todavía mayor. Si como establece Álvarez, no avanzamos en “nuevas formas de alfabetización”, muchas personas no podrán continuar aportando valor en sus entornos de trabajo y, por tanto, se prescindirá de ellas.
Álvarez profundiza en el concepto de alfabetización, siempre en relación con la sociedad digital, para establecer que la “digital literacy” requiere un esfuerzo que va más allá de garantizar el acceso a la red. En esta línea hace mención a que, con independencia del necesario proceso formativo, estamos ante tal cambio social que el proceso es adaptativo, exigiendo un esfuerzo muy relevante. Todo esto, unido a la aparición de nuevas funcionalidades que, en palabras de Álvarez, “resultan indispensables para poder ejercer actividades elementales básicas directamente relacionadas con el papel de ciudades de pleno derecho en nuestras sociedades”, provocando el desplazamiento y marginalización de partes de la población, especialmente mayores y otros grupos vulnerables. El resultado es la aparición de nuevas formas de discapacidad que, por tanto, tendrían que ser atendidas por los poderes públicos.
Estamos de acuerdo con Álvarez en que, tanto la necesidad de garantizar derechos mínimos, como la necesidad de atajar y paliar las situaciones que están desembocando en la aparición de nuevas formas de discapacidad exigen que los poderes públicos se manifiesten, aun cuando ellos son en ocasiones los responsables. Pensemos por ejemplo en las numerosas críticas que han recibido las administraciones públicas por la especial dificultad de hacer gestiones a través de sus webs y aplicaciones (Maqueda, 2022). Aunque el autor no lo apunta, para nosotros también es reseñable que estas discapacidades hacen a los ciudadanos que las padecen especialmente vulnerables a ciberataques. En nuestra opinión y dado que el estado es el máximo garante de la seguridad ciudadana, este es un argumento más para convertir la inversión en alfabetización digital en una prioridad.
Tras exponer la necesidad de que los poderes públicos se manifiesten para atender las nuevas formas de discapacidad, el autor destaca que los poderes públicos no se han preocupado de crear los bienes públicos correspondientes en la sociedad digital. Pone el ejemplo de cómo los proveedores de correo electrónico hoy son privados cuando hasta hace no mucho, el correo ordinario era controlado por sociedades públicas. Álvarez manifiesta a continuación que los poderes públicos no serían menos proclives a generar desigualdades en la generación de bienes públicos en la red para, al mismo tiempo, destacar que en algunos campos la viabilidad técnica para evitar la dependencia de individuos o grupos privados ya existe. En nuestra opinión y tras el notable desarrollo de la tecnología blockchain desde la publicación del artículo, hoy es aún más viable técnicamente que entonces, pensemos en nuevos espacios públicos en la red como los protocolos sociales Farcaster o Mastodon (Krishnan, 2023), que permiten crear desde redes sociales a cualquier app que podamos imaginar sobre ellos. Es más, creemos que por la propia naturaleza de esta tecnología y su carácter descentralizado, no es necesaria la intervención del estado en la creación de estos bienes públicos. No obstante, creemos que el estado sigue siendo igual de fundamental en la implementación de políticas encaminadas a la alfabetización digital para evitar que esas herramientas ya existentes hoy, queden reducidas al uso por parte de tecnólogos y “early adopters”.
Álvarez finaliza esta primera parte de su exposición haciendo referencia al importante debate sobre la neutralidad de la red que se estaba produciendo por entonces. Hoy día este debate se ha llevado específicamente a productos y servicios de uso masivo concretos, como las redes sociales. El debate se centra en si dada la importancia de estos espacios (Wilson, 2022), deberían ser controlados por individuos o entes privados, dado el riesgo de que sean gestionadas de forma arbitraria (por ejemplo, promoviendo o denostando un contenido frente a otro) o siguiendo exclusivamente intereses económicos. La adquisición de X, anteriormente Twitter por parte de Elon Musk, ha avivado aún más el debate y ha provocado la marcha de numerosos usuarios a nuevos modelos como los mencionados anteriormente.
En la segunda parte del artículo Álvarez defiende que debemos capitalizar la transformación tecnológica para una mejora de las condiciones y disfrute de la vida por parte de los ciudadanos. Para ello el autor entiende que se hace necesaria la participación de las ciencias humanas y sociales en el desarrollo de la tecnología y que existen tendencias que las están alejando de este objetivo. Hoy día el problema persiste si observamos el interés en estudios puramente técnicos frente a humanistas (Bogost, 2024), además de los conflictos éticos que parece que se están produciendo en el seno de OpenAI, la compañía estadounidense que está liderando el desarrollo de la inteligencia artificial (Leike, 2024).
Consideramos especialmente interesante el ejercicio que hace el autor a la hora de desarrollar la noción de capacidades potenciales, tomando como referente conceptual a Amartya Sen.
Desde esta perspectiva y centrándose en la transformación sociotecnológica provocada por la interconexión de Internet, redes sociales y dispositivos móviles, Álvarez reflexiona sobre nuevas posibilidades para la acción y la vida de los individuos y grupos sociales. Lo hace de nuevo poniendo en el centro el derecho universal básico a la alfabetización digital funcional, argumentando que muchas actividades sociales y políticas están mediadas por lo digital. También destaca la “construcción de ciudadanía”, algo que nos ha recordado a las reflexiones de Michael Sandel (Sandel, 2011) sobre importancia de los espacios públicos para evitar segregaciones sociales. En un mundo en el que Internet, las redes sociales y los dispositivos móviles, están centrándose con objetivos económicos y políticos en el aislamiento del individuo, este objetivo nos parece fundamental. Nos ha llamado la atención el enfoque de Álvarez, al optar por centrar el debate en las “capacidades potenciales”, dejando de lado el debate sobre los peligros y las restricciones a las libertades y a la intimidad que producen las tecnologías de la información (Hidalgo-Barquero, 2024).
El artículo finaliza con una exposición sobre los bienes públicos con el objetivo de adaptar cómo reflexionamos sobre ellos en la realidad digital. Esta reflexión nos ha recordado al cambio de mentalidad que necesitan muchas industrias ante la llegada de la web3 y, en definitiva, a la importancia de ser proactivos ante los cambios, no permaneciendo neutrales.
Referencias
Álvarez, J.F. (2018). Nuevas capacidades y nuevas desigualdades en la sociedad red. Laguna: Revista de Filosofía, 42, pp 9-28.
Bogost, I. (2024). Universities Have a Computer-Science Problem. The Atlantic. Disponible en: https://www.theatlantic.com/technology/archive/2024/03/computing-college-cs-majors/677792/
Hidalgo-Barquero, F.J. (2024). ¿Se estancará el progreso tecnológico en los próximos 100 años? El blog de Fran Hidalgo-Barquero. Disponible en: https://franhbj.substack.com/p/se-estancara-el-progreso-tecnologico
Krishnan, S. (2023). You’re Not Imagining It: Social Media Is in Chaos. The New York Times. Disponible en: https://www.nytimes.com/2023/07/15/opinion/social-media-threads-twitter-reddit.html
Leike, J. (2024). I joined because I thought OpenAI would be the best place in the world to do this research. However, I have been disagreeing with OpenAI leadership about the company's core priorities for quite some time, until we finally reached a breaking point [Post]. X. Disponible en: https://x.com/janleike/status/1791498178346549382
Maqueda, A. (2022). El 61% de los usuarios han tenido problemas al usar las webs o apps de administraciones públicas. Newtral. Disponible en: https://www.newtral.es/apps-administracion-publica/20221205/
Sandel, M. J. (2011). Justicia. ¿Hacemos lo que debemos? Penguin Random House Grupo Editorial.
Wilson, F. (2022). Twitter is too important to be owned and controlled by a single person. The opposite should be happening. Twitter should be decentralized as a protocol that powers an ecosystem of communication products and services [Post]. X. Disponible en: https://x.com/fredwilson/status/1514564762142752768